Facebook tiene los ojos puestos en ti
caer bien o mal se ha convertido en una pesadilla
que no te deja dormir por las noches.
El me gusta nos hace sentir bien
y no hay disgustos aparentemente
se han velado en una cámara oscura.
Los psicólogos, los psiquiatras
se han convertido en los mejores
y más preparados asesores del capitalismo digital.
Hay una dictadura del agrado por sistema
que ha instaurado la hipocresía grupal
en la que el sentido del humor y la ironía
nunca es bienvenida
a no ser que vaya destinada al otro.
Lo diferente no está de moda
nunca lo ha estado
los uniformes convencionales
son una segunda piel
con la que te abrigas todas las noches
de la soledad, el frío y la infelicidad.
Me gusta mucho
me gusta tanto
que comparto
todos mis instantes.
Cualquiera puede gozar de cinco minutos
de fama al día
Wharhol y Guy Debord
han quedado para comer Espaguetis
a la luz de una vela
protegida por un bote de Campbell.
Orwel se ha pasado de listo
Bradbury ya no es tan marciano
como nos lo pintaban
y Julio Verne es tan deprimente
como sus 20 000 Viajes de lenguas submarinas.
Me gusta mucho
me gusta tanto
que comparto
todos mis recuerdos por Instagram
y si no los tengo
siempre puedo inventármelos
o crearlos en una carpeta nueva.
La vida real nace y muere en la virtual
y todo o casi todo se ha convertido en una farsa social
que crea enemigos
genera diferencias que antes no existían
y multiplica los problemas por todas las veces
que has compartido tu Estado Mental.
Me gusta tanto
me gusta mucho
fingir un orgasmo
cada vez que siento vibrar
una notificación
o cada vez que veo la luz
de tonos pastel que me recuerda
que te acuerdas de mi
cada vez que abres tu puto facebook.
Mi vida por fin está organizada
acudo a todos los eventos
sin ni siquiera ir a ellos
me avisan de los conciertos de moda
me manifiesto y actúo
soy de un lado o de otro.
El azul del Facebook
ha desbancado al rojo de Coca Cola.
Me gusta tanto
me gusta mucho
fingir que soy feliz
aun teniendo una vida de mierda
en la que no me puedo permitir
ningún desliz.
He dejado de ser yo
ahora solo soy una cuenta
un nick
un pseudónimo
tengo tanta vida social
como Alaska y los Pegamoides juntos.
Nunca, de verdad, que nunca
ha sido tan fácil ser tan público y notorio
como una actriz famosa
un cantante
un futbolista
una modelo...
La Estupidez se ha democratizado
y la dictadura nunca nos ha agradado
tanto como para convertirla en nuestro dogma de fe.
Víctor Cuetos, 2016,Xixón
Poema del libro "Tu y yo, somos un sujeto elíptico". Editorial Amargord