sábado, 7 de mayo de 2022

Tren de Cercanías




Hoy iba a ser un mal día 

y sin embargo no lo fue

sé que puedo escribir

de muchas formas

y esta es una de ellas. 


Conozco los pasos precisos 

a seguir 

lo que pasa que se me olvida

como llegué a escribir algo tan bello.


Hoy iba a ser un mal día

quizás más gris o negro 

de lo normal 

con esi orbayu y una incipiente neblina. 

Ese tiempo característico de algunas 

ciudades y pueblos del norte

rodeados de montañas, valles, costa.

En ese orden natural 

en el que nos coloca la tierra. 

Habitamos, vivimos, sobrevivimos

sobre la contaminación cruzada 

con esa niebla, esa humedad, 

esi orbayu que nos limpia 

pero también nos mata poco a poco

como nos mata el trabajo 

cuando nos hace más indignos 

de lo que somos

por un puñado de euros más

en los bolsillos. 


Hoy iba a ser un buen día 

y sin embargo cuando salí

del tren mientras iba camino

del trabajo fui pensando este poema

que hoy escribo 

y quizás ya hayan pasado unos días

de reposo. 

Pero cuando lo pensaba 

a mitad del trayecto me paré 

a tomar un café cortado 

un chute de cafeína 

en un Bar no tan moderno y chachi

como los que abundan

que parecen todos 

de la misma franquicia. 

Este abre muy temprano 

y es regentado por una familia.

Madre, padre e hijo. 

Y es la madre la que prepara

un café que impresiona 

y que se distingue de los de esas

franquicias que son todos iguales

con camareros y camareras quemadas. 


Aquí en este bar

donde te tratan como un igual 

reconocí en la cara de un extraño 

la mirada de un viejo amigo

que ya no está

que se fue 

dejando un legado de libros 

y cuadros difíciles de olvidar. 

Y que para mí tuvo tanta importancia

como la de un familiar 

porque si no fuera por él

hoy no estaría aquí

y ahora

y aunque hayan pasado unos días

de reposo 

desde que pensé este poema 

y acabé escribiéndolo...

Hoy iba a ser un mal día

y finalmente; no lo fue. 


Víctor Cuetos, XX, Xxxx