miércoles, 18 de abril de 2018

Daños Colaterales




Cada vez que anuncian
Tormentas en el desierto
por la Libertad Duradera
no puedo evitar temblar de miedo.

Ante la sonrisa de un niño
no puedo ocultar mis lágrimas
y pensar en mis sobrinos
Alejandro, Carolina, Llarita.
Y pensar en los hijos de mis amigos;
Germán, Lola, Olaya.
Que más da, sus nombres.

Pensar en esos ancianos
que bajan del autobús
apoyándose el uno en el otro
o los que esperan con anhelo
la inauguración del tranvía.

¿Y si ahora cayera una bomba de racimo?

Imagínense el terror, el horror:
-¿La destrucción o el amor?
-que diría Aleixandre.

Ante vuestras miradas
la mía pasea por las vuestras
y pienso en vuestros niños
y no dejo de pensar en todos
ELLOS/ELLAS.

-¿Qué culpa tienen? ¿A qué duro e implacable castigo les sometemos?

El paso del tiempo no augura futuros mejores
soy un pasajero del metro que sueña que al salir
todo habrá sido un sueño

Hoy mi súplica es simple y sencilla:
-Cuiden a sus niños en un clima de paz
pero cuéntenles la verdad ;
“la historia de una civilización
construida a base de guerras”.

Eterno, Xx, XXXX

martes, 17 de abril de 2018

1978

Todo sigue igual que ayer


¿Cuanto vale tu silencio? 
¿Cuanto valen mis palabras? 
No valen NADA.  

Eterno
                                     

viernes, 6 de abril de 2018

La jauría humana




En esta Primavera que no llega 
y se va... .
Los seres humanos
 cada vez 
se parecen más
 a los monos
que a las jirafas que estiraban 
sus cuellos para alimentarse sin: 
Matar. 

Niño Criminal, Xx, 2018

miércoles, 4 de abril de 2018

Ahora en serio



                                                                                 

Como dice Doris Escarlata
Ahora en serio, no sé si era broma o no. El tiempo dirá y mis pocas ganas de ser público, visible, fácilmente identificable para el sistema y sus redes sociales de alcantarilla...Quedan menos de veinte días para un recital de Poesía y Rebeldía que dará que hablar, con David González de Alma Mater, y Alejandro Mallada de bro. En la pequeña gran madre Rusia de Xixón, donde los y las exiliadas de la Cuenca Minera se convierten en mutantes. 

Ya lo sabes, cuquín:

¡Ponte la máscara!.


La indignación no es suficiente, nos hace falta la RABIA.