miércoles, 23 de febrero de 2022

Las Diez y Diez







A veces hay que borrar todo lo escrito

más todo lo vivido y que solo quede

el rastro, un rastro que te indique

como volver a casa, sano y a salvo.

 

Sin ningún rasguño o con muchos

pero ninguno de importancia.

Después de pasar a ras del suelo

o por pasos elevados, o al nivel del Mar.

Pasos de cebra sin semáforo

pasos de nivel sin señal de paso.

Paso de todo o paso de nada.

Esto ya parece una Road Movie

y yo una Carretera Secundaria

sin asfaltar.

 

El inexorable paso del tiempo. Pasa.

Aunque tú pases de todo. 

Por mí, por ti si pasan los años.

No volveremos a ser los mismos.

Después de las Diez y Diez.

Me lo decía Ismael.

Me lo dijo mientras me servía

una Estrella en Galicia:

-Tú y yo no mejoramos con los años, ni con las Selfies.

Y a continuación me dijo:

-Fíjate que todos los relojes, en publicidad, siempre marcan las Diez y Diez.

Y es verdad. Por lo que me fui a casa

antes de que marcaran las Diez y Diez.

Por si acaso.


Víctor Cuetos, Xx, XXXX 


lunes, 21 de febrero de 2022

Lágrimas de Luz




 Yo salí ahí

con la inmensidad. 

Como cuando nací

y era un árbol y su copa. 

Crecían las ramas y yo con ellas. 

Y me sentí mejor que Dios. 


Y de repente se acabó todo. 

Y no eras más que otro árbol caído

de ramas agitadas por el viento

tocándose desesperadas

agarrándose unas a otras

para no caer sobre ese manto gélido.


Y fue ahí

lo sé

mientras observaba 

como los pliegues de los valles 

se montaban superpuestos 

se movían tenían vida. 


Fue ahí 

O justo un instante antes

cuando recordé a Federico 

y las cunetas que sembró Franco

sobre los campos yermos

y hieráticos. 


Y mis lágrimas brotaron

y entraban y salían 

brillando como el neón

desde las cuencas de la tierra

hasta los confines 

de mis ojos. 


Eran lágrimas de Luz

o un reconocerse 

ante los muertos 

qué aún brillan en la oscuridad

destapando el misterio 

llenando de vida 

el vacío

qué dejó el espanto


Víctor Cuetos, Xixón, 2022







viernes, 18 de febrero de 2022

Transliteralización*




Creo qué algún día

alguien vendrá a salvarme

a rescatarme 

desde lo más profundo

de su Ser. 


Aunque nunca he creído 

en la salvación

ni en la Redención 

ni en esas cosas

qué me ponen los pelos de punta. 


Creo qué algún día 

alguien vendrá a salvarme 

de mi mismo.


Alguien que realmente 

merezca la pena. 

Sin penas insondables

ni vacíos Abisales. 


Porque últimamente 

sólo encuentro consuelo

en el ensimismamiento

y la transliteralización*

La fusión termodinámica

de los hechos vividos 

con los escritos.


La literatura por la literatura

La vida por la vida. 

La muerte por ser muerte.

Y el fin de todo esto.


Creo que algún día 

alguien vendrá a salvarme 

de mi mismo. 

Y no será una princesa

ni una hada madrina 

ni la tía más perfecta

de la faz de la tierra. 

No tendrá antifaz 

ni varitas mágicas. 

Será como tú

Será como yo. 

Imperfectamente humana. 

Porque el miedo y la congoja 

en un mundo partido en dos

totalmente dividido

si es compartida 

se lleva mucho mejor. 


Creo qué algún día 

alguien vendrá a salvarme.

Será como tú. 

Será como yo. 

Será como tú

Será como yo. 

Perfectamente imperfectas.


Víctor Cuetos, Xixón, 2022. 


Transliteralización: Hechos transformados en palabras.