miércoles, 28 de septiembre de 2016

A cup of tea Sr Aznar

                                              
La oscuridad vino a mi un día por la mañana 
después de dormir dieciséis horas seguidas. 
Me mordió un labio y me dijo: 

-¿Quieres ser el siguiente? 
Me indicó una puerta y una ventana 
en aquel edificio de ladrillo naranja 
de vertiginosas paredes de hormigón prefabricado.

La oscuridad vino a mi 
y me abrió el pecho 
para ver mis latidos 
y aun quedaba algo de luz. 
Me despertó el pitido de un hervidor 
la luz de un fogón 
y le dije: 
-Te invito a una taza de té. 
Mientras le servía la taza de té 
le dije: 
-No voy a pedirte permiso para seguir viviendo 
ni a ti ni a nadie, así qué tienes dos opciones.

La Primera: 
Puedes salir por la puerta 
La Segunda: 
Puedes saltar por la ventana.

Víctor Cuetos, Xixón, 2016

martes, 27 de septiembre de 2016

Sujetos y Predicados


Hablo con el vino
de las mujeres
con las que he bebido
mi vida y la suya
a ellas les debo la mayor de mis borracheras.

Hablo de lo que me han dado
y de lo que les he quitado.
Hablo de lo que ellas me han quitado
y de lo que yo les he dado.

Hablo con el vino
de las mujeres
con las que he vivido
y confieso que no soy Pablo Neruda
ni mucho menos Benedetti
pero me las he bebido
y ellas me han tomado por una copa de vino.

Víctor Cuentos, Xixón, 2016 

No soy como ellos pero puedo aparentarlo.



Bocacalles


Siempre me han gustado los paralelismos
esos que se estrechan
y conducen al mismo destino.

Me gustan las bocacalles
y sus aledaños.

No me gustan los perímetros
que se establecen
para acotar cualquier parte
los límites
las lindes
quizás las de tu piel
aunque con tanto paralelismo
yo solo soy una bocacalle
muy aledaña a ti.

No nos vemos
ni nos tocamos
pero sabemos
que vamos
por el mismo camino...

El que nosotros hemos elegido.

Víctor Cuetos, xixón, 2016

martes, 20 de septiembre de 2016

Wild Child


Hay un niño dentro de mi
metido ahí
que se niega a gritar
como gritaba antes
a dar espaldarazos
que como mucho
silba antiguas canciones
que ya ni se digna
casi que ni a cantarlas
pero hay un niño metido ahí
dentro de mi
que se niega a ser mayor
a sacrificar su inocencia
así por la cara
su ilusión
su ingenuidad.
Hay ahí
hay ahí
un niño metido dentro de todos nosotros
que se niega a salir...
muy suyo
tan suyo como propio, extraño y ajeno
al mismo tiempo.

Hay ahí un niño
dentro
muy dentro
de mi
que se niega a ser derrotado
por muchos golpes
que reciba.
Hay
un
niño
ahí dentro
que seguirá sonriendo
ante cualquier adversidad
y que nunca y digo nunca
pondrá la otra mejilla

más que nada porque es mía.  

Víctor Cuetos, XiXón, 2016 

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Lecciones Morales



El UNO
La razón por la que un asturiano cruza en rojo
es porque llueve y se moja.
Las leyes están hechas por y para gilipollas.
EL DOS
Mi única ley
es el sentido común
menos cuando estoy colocado.
Todo el común de mis sentidos
se suelen poner de acuerdo
para joderos a todos.
Y no es que el resto de la humanidad
esté en disposición de darme
Lecciones Morales
precisamente a mi.
Mark Renton, Xixon, 3016



miércoles, 7 de septiembre de 2016

Xixón te mata.





Todo sigue igual, igual que siempre. Los niños vestiditos de azul y las niñas redecoradas para la ocasión. Los niños sacan pecho mientras ellas sonríen y murmullan como palomas en la barra de un Pub.
Todo aderezado con la embriaguez o la ebriedad que nos proporcionan las drogas (alcohol inclusive).El espectáculo va comenzar; ¿ya han elegido ustedes su rol social?

Véase macho dominante de cacería, y todos sus sentidos apuntando a todas las que pasean por su mirada. Esta sí, esta no. Esta es un fierro de Bilbao, la otra joder como está, mira esa que asco da...juajua, no me la follaba ni tapándole la cara con la bandera de España. Todas las mujeres son unas putas, no te enamores nunca de ninguna.

Véase mujer dominante de 30 años que quiere ser como una de 20, una bolita blanca surca su nariz. Mira atenta, sonríe a carcajada limpia mientras ofrece a dos chicos un trío. Que guay soy, soy supermegagüay, la modernidad en una cajita de cristal que se esfuma en la resaca del día siguiente o incluso la semana que le queda por trabajar en la oficina. La vista perdida sin ninguna meta ya, y con la sensación de haber perdido el tiempo, y la ansiedad generada por el paso del tiempo y las drogas con las que adereza sus noches y el anhelo por un amor que se fue sin avisar para no volver jamás.

Véase al faltoso de turno que ya no cree en nada, agita su mente con tormentas contagiosas, y verbo en mano insulta al personal de la manera más sutil posible.
-Ei,tron. Sabías que las ovejas eléctricas sueñan con alegres replicantes, o somos nosotros los alegres replicantes que sueñan con ovejas eléctricas. ¿Dímelo tú?.
Al final de la noche acaba perdido, solo, con la punta enhiesta de la sobredosis de estimulantes y alcohol. En un portal intentando joder con una prostituta que desesperada mira para otro lado mientras le chupa la polla.

Véase al camello de turno con regalos para todos, y con su tensa mandíbula va sorteando viajes al por mayor.
Tú solo tienes que rascar y miles de premios conseguirás.
-Para ti esta bolsita, mira, ésta está mejor que lo que le di al otro pardillo. Pero tú me caes bien, joder, así que venga.
(mientras piensa, joder, antes era puta escama, parecía feldespato, brillaba en la oscuridad y nos hacía brillar en los sótanos de un VARsovia eléctrico. Ahora esto es una jodida mierda, una mezcla de medicamentos varios retirados del mercado y una puntita de cocaína con cafeína sintética)

Véase a los dos secretas ultrabronceados, una de ellos se parece a un joven Don Jonshon, y el otro a un Teddy Savallas pletórico. Aparecen de repente ante dos jóvenes entrados en años que tranquilamente apuran sus cigarrillos y acaban de comer unas patatas bravas. Hablan de la vida, de su vida que ha llegado a un punto en el que lo único que les satisface es estar tranquilos. Uno de los secretas intenta sacar la placa de su cartera, sin lograrlo. Lo intenta una vez, dos y casi pasa de largo ante estos(mientras ellos piensan, "a ver con que nos salta este, que nos va invitar a una raya, o qué...jajajaja). Teddy ante la falta de eficacia de su compañero incapaz de sacar la placa de una vez lo hace él, con una extrema seguridad muestra la placa de policía y la agita ante los dos colegas a los que se les escapa una carcajada.
-¿Qué?, ¿comiendo algo?
-Sí, sí, claro, comiendo algo y echando un cigarrillo.
Los dos antivicio desaparecen como aparecieron conscientes de la humillación y siguen con su supuesta y rutilante identificación de posibles consumidores de drogas y alborotadores. Aunque parece que los qué más puestos van; son ellos. Esto de ser policía debe provocar mucha ansiedad.

Véase al punkie, con botas de trekking, y ropa de montaña, dando un discurso sobre el amor libre, mientras dice a un amigo que va poner un gallinero encima de su casa. Para todas las gallinas que lo pretenden. Así las tiene todas, siempre a su disposición. El speed recorre sus venas y lo agita de un lado para otro.
Habla aquí, habla allá, picotea y picotea pero es incapaz de quedarse en un sitio y escuchar, simplemente escuchar. Será que los demás no somos lo suficientemente radicales.

Véase a la hippy-punkie, recién sacada la carrera, en la esquina de la barra, apoyada, decidiendo a cuál de todos los imbéciles se va follar esta noche.
Véase a todos los demás con sus defectos, sus errores pero sin ningún estereotipo concreto, disfrutando de la noche sin necesidad de apurarla hasta el último momento, sin necesidad de necesidad de nada. Simplemente disfrutando de buena compañía, y pidiendo perdón a cada pisotón dado. Y en el último pisotón, antes de salir de un pub discoteca alguien le asesta una puñalada en sus costado. 

Xixón, te mata.


Víctor Cuetos, 2009, Xixón.