y yo aquí bebiendo solo
en el Bar Avenida
oteando el periódico
la calle
el móvil
y el señor
que está en el otro lado
del bar, solo, apoyando
el cuello en la palma
de su mano
tomándose un café solo
con unas piedras de hielo.
Lo miro
y se me parece
al Señor de “El Grito” de Munch
en algún lugar
tiene que estar
buscando consuelo
su mirada
que a veces
se encuentra con la mía.
¿Sabrá que voy a escribir sobre él?
¿Sobre su mirada?
¿Sobre su grito?
Mudo y ahogado.
Como chillando por dentro.
Mientras tanto
sigo bebiendo
y leo las noticias
del periódico
y veo, leo
un muerto de sobredosis
encontrado en un árbol
que se parecía a una cabaña.
Era un árbol especial.
El árbol de todos los árboles.
El árbol de todos los árboles.
Y yo pensé
sin tristeza
liberado de esa carga
monstruosa
que nos hace ser personas;
“la naturaleza nunca nos dará la espalda".
Niño Criminal, Xx, XXXX