No necesito ir adonde va la gente
con estar cerca de las nubes;
me vale.
Soy una de ellas
voy a poco
como que va a llover
y luego igual no llueve.
Y se mantiene esa no-necesidad
y la cercanía de las nubes
y la distancia de la gente
depende de mi estado de ánimo
si logro manipularlo...
quizás me sienta más cerca
de lo lejos que parezco.
(La keta es una regresión a la infancia
ese instante feliz de no parar de reír
además de un antidepresivo eficaz
con moderación de caballo)
Esto último no estaba previsto
en este poema
ni seguramente en ninguna clase
de poesía.
No me gusta hacer apología de nada
ni siquiera del terrorismo callejero
pero tampoco aspiro a ser el AEMET
de los poetas y de la poesía
condicionada por el clima y su paisaje
las circunstancias y sus condicionantes
sociales
y las distancias o lo que realmente
significa estar lejos de alguien
sin que ello dependa de la distancia.
A veces estamos tan cerca
y no podemos vernos...
...y a veces estamos tan lejos
que da igual lo cerca que estés.
Yo soy como las nubes
vamos a poco
como queriendo conquistar
el poco cielo que nos queda ya...
Disputándose cada metro
CUADRADO
con pequeñas fricciones
chocando entre ellas
para ver si luego llueve
o no, o da igual, o que más dará.
Haciendo sombras
chinescas en las sombras
dibujos y formas.
Luchando contra las gaviotas
o luchando ellas en nuestra contra.
Haciendo la ronda
su ronda de muerte carroñera
en un azul celeste o un verde oliva
en el que siempre vamos a más.
Es por eso por lo que yo
voy a poco
con pequeñas fricciones
que quizás
logren que llueva
una vez más.
O igual no
da igual
o que más dará...
...si has logrado estar más cerca
de los que tienes cerca
y de los que tienes lejos
aun estando tan cerca
de todos y todas.
Muil Chang Yú, Xx, XXXX
La madurez es una regresión a la infancia
o eso es lo que algún día soñamos
o nos dijeron que soñáramos.