Preparo mi mochila
mientras apuro la última cerveza
antes de que me duerma
en el instante justo
en el que pensaba
que no me iba a dormir
otra vez
en el sofá.
A veces salgo
un día como mucho
trabajo seis días a la semana
a veces solo descanso uno.
Salgo por inercia
con ganas de partirme la cara
con todos esos que viven
sin dar un palo al agua
y llevan esa banderita española
con su puta mascarilla de mierda.
Haciéndose fotos
con el Gijón que vio Garci
de nuevo
aunque esto parezca
el día de la Marmota.
Me he vuelto conservador
aquí
solo conservo
la sangre que circula por mis venas.
Me he vuelto conservador
si no hay sangre
la letra no entra.
Echo de menos aquellos hombres
aquellas mujeres
que eran capaces
de arrancar de un bocado
la yugular de su enemigo.
Me cansa la gente
estúpida
demente
que pasea con sus coches
de mierda
como intentando asesinar
a alguien.
Sus sonrisas de platino
sus poses de selfie
en el Cartel ese
tan hortera de
Gijón
el Volver a Empezar
solo para los turistas
aquí nadie perdona
a nadie. Solo lo fingen.
Mi odio es sofisticado
no lo entiende cualquiera
mi odio está justificado
porque los conservadores
de verdad
se empeñan
por conservar
esta vida de mierda.
La suya propia.
La de su Democracia
su Principado de Mierda
y su ostentación de paletos
y paletas sumisas a una monarquía
y una democracia totalmente estúpida.
Sea de Izquierdas o de Derechas.
En la clase obrera
algunos son obreros
algunas son obreras
otros y otras solo cambian de clase
según les convenga.
Y lo cerca que estén de su paraíso
de mierda....
Niño Criminal, Agosto Angosto, 2020