domingo, 30 de marzo de 2014

22M

¿Dignidad?




De pronto...
me volví realidad

pensé que estaba solo 
aturdido
que no era yo

que era un fotograma
o el click de una cámara.

De pronto...
me volví realidad
después de esnifar cielo
y pisar el infierno
con mis botas de montaña.

Ya no había enemigos pre fabricados
todos y todas éramos compañeras
solo fue un momento
apagado por el destello de las sirenas
y el olor de la pólvora quemada.

De repente me volví realidad
sin nocturnidades ni alevosías varias.
No soy perfecto si tu no me acompañas.

Alguien perdió un ojo
entre tanta sed de venganza.

De pronto me volví
y ya no había nada
y su realidad
era retransmitida
como si fuera un espectáculo
del cual yo ya no formaba parte.

De pronto dejé de existir
y tú commigo
y yo contigo
ya solo éramos
el maldito flash de una cámara.

Y su realidad
la realidad
una cadena de televisión
que frecuentan facinerosos tertulianos
que no tienen ni remota idea
de lo que hablan.

De repente me perdí...
ya solo era un sujeto extraño 
en un cuerpo extraño.

Víctor Cuetos, Marchante, 2014

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