-Misteriosa muerte, muerte súbita,
muerte accidental, muerte en cumplimiento del deber...
Hay un diálogo en la película de “El
Lado oscuro del corazón”, en el que el poeta tiene una intensa
conversación en la que provoca a la muerte. Hoy la he recordado por la
muerte en extrañas circunstancias de Lennier Ramírez en el
transcurso de su propio desahucio. La única versión que recoge el
periódico es un titubeo con la muerte, a mi me suena a “muerte en
cumplimiento del deber”.
Por eso me ha recordado a esta película,
pero más allá de las distintas versiones que se manejen, la única
que se ha filtrado es la de la policía, en la que describen que no ha
sucedido nada anormal.
La normalización de la muerte, la
banalidad del mal, la aceptación oficial y quizás futuras versiones
que justifiquen la muerte de esta persona como algo normal, quizás
fruto del consumo de drogas, es fácil que casi todos los cubanos y
cubanas consuman drogas habitualmente y quizás hasta trafiquen con
ellas. Con lo cual tienen muchas más posibilidades de morir bajo los
efectos de un fulminante ataque de ansiedad. Sí...muerte al por
mayor, vidas al detalle.
Muerte por cumplimiento del
deber...cambiamos la preposición “en” y en su lugar colocamos
“por”.
Por el cumplimiento del deber, porque
al parecer es algo normal que te echen de tu casa y la policía
cumple con el deber, con el deber asignado por los bancos y su principal baluarte; el Estado.
El que ha ejecutado, el que ha
asesinado a este señor. Porque en lugar de plantear una alternativa
de urgencia si no puede pagar el alquiler, habiendo tantas casas o
pisos vacíos, la solución sigue siendo la vía represiva. La
comisión judicial se disfraza de muerte, la policía nacional con
sus sonrisas enlatadas se disfrazan de muerte. Repito, una vez más.
-Muerte por cumplimiento del deber.
Muerte misteriosa, accidental muerte, muerte súbita.
Lennier que abrió la puerta de su casa
sin poner ninguna objeción a la Comisión Judicial tuvo un súbito
ataque de ira que le hizo morder la pierna de un policía.
Reconstruyamos el hecho sin tener mucho conocimiento. Imaginemos que
Lennier es un perro, y se lanza a su oponente a morderlo, camina a
cuatro patas, o incluso se abalanza al suelo y muerde la pierna de un
policía.
-Muerte por cumplimento del deber,
muerte misteriosa, muerte accidental. Jodida muerte.
La otra versión, que no sale en la
prensa, es que al parecer un vecino vio como la policía sacaba a
Lennier del piso tapado con una cazadora. Es la versión que
manejaban casi todas las personas que hoy se manifestaron por la
muerte de Lennier. Las mismas personas que cortaron la carretera en
las inmediaciones de la Calle Independencia, ante la atónita mirada
de algunos de los conductores que o llegaban tarde a casa o tenían
mucha prisa. Súbita prisa. Alguno de esos conductores hizo un ademán
un poco feo a las personas que allí decidieron manifestar su
reprobación ante esta muerte provocada. -¿Provocada?
-Sí, provocada. ¿Hubiera muerto
Lennier si no lo hubieran desahuciado?
Lennier es una vida al detalle que para
algunos quizás no merezca ningún respeto, pero dignificar su fígura
antes de que la desfiguren de cualquier manera, aludiendo cualquier
trapo sucio de su vida personal que sirva para limpiar las manchas
que van dejando otros por el mundo, por las calles, es algo de vital importancia, se llama empatizar con tus congéneres, comprender la situación que están viviendo, o al menos intentarlo.
Pero a la gran parte de sus congéneres no parece importarles una
mierda, y probablemente no le tengan ningún respeto a la muerte.
Aunque la muerte no siempre es justa, se puede decir que actúa con
justicia porque no distingue entre clases sociales, oficios o
vocaciones. Hoy he visto, o lo que más me ha llamado la atención es
la risita de alguno de los policías ante la situación, cuanto menos
demuestra la banalidad del mal, lo poco que les afecta que alguien,
una persona humana pierda la vida el día que lo van a echar de casa. Luego querrán que no se les insulte, pero se lo ganan a pulso.
Lennier quizás no cumplía con ningún
deber, o quizás su deber era proteger su vivienda, mantener su vida
bajo techo. Quizás es que esos otros que se ríen nunca han perdido
nada, quizás es que no saben lo que es ponerse en lugar de nadie,
quizás es que aquellos que te dan un corte de manga sin saber por
lo que te estás manifestando demuestran poco respeto a la muerte y
lo que es peor a la vida de sus congéneres.
Lennier es una víctima de un sistema
que al igual que la muerte no tendrá ningún problema en
desahuciarte ya seas policía, empleada de banca, o trabajador
precario. Porque no hace distinciones, no discrimina cuando por la
causa que sea te has quedado sin blanca.
Ahora repitamos todos y todas:
-Muerte misteriosa, súbita muerte,
muerte accidental. ¡Muerte por cumplimiento del deber!