Ya no se hacen manifestaciones
como las de antes, la gente ya no se parte
la cara por sus derechos.
A no ser que se reivindique por la tele
o las Redes Sociales.
No aspiramos a nada más
que a trabajar para recibir
y pagar por servicios, bienes, productos.
Hasta los de la clase media
los miedosos
los que le temen a todo
no se sacrifican por nada.
Reciben palos por arriba y por abajo,
y andan encerrados en sus casas
con miedo a perderlo todo.
Prefieren pagar por todo.
Y ya no necesitan un Estado para sentirse seguros.
Siempre pueden llamar a Desokupa.
Los pobres se han vuelto cobardes
algunos hasta mezquinos h ultraderechistas.
Y los ricos no aparecen por ninguna parte.
Antes todo era mentira
como cantaba Manu Chao...
Ahora.
Todo es un fraude.
Pero no es que solo sea todo
o sea todo un fraude.
Es que además
es un todos
contra todos.
Y tú no lo ves.
Ni el poeta
ni la floristería de la Esquina
tirando pa Contrueces.
Ni el obrero
ni mi vecina
que me mira con cara de asco
todas las mañanas
pero en realidad soy su puto espejo.
Y a mi me queda el destello
de lo que un día fue rabia,
del que se siente oprimido.
O eso o el abismo.
-Ya casi no se hacen manifestaciones
como las de antes-me dijo una chica, que no conocía de nada.
Y luego, hablamos del Espíritu de la Ciencia Ficción,de Blade Runner y Phillip K Dick.
Y tú, colega, me hablaste del vacío
de que no creías en tú trabajo
ni en la vida que lo rodea
que no encuentras satisfacción
por ningún lado
que andas hastiado
y malhumorado.
Y te dije,
que casi ya no creía en nada
y nos dijimos que era duro
perder la esperanza
que de eso al abismo
hay un paso,
y que no se trata de esto
si no de lo otro.
Si es que...
ya no se hacen manifestaciones como las de antes ni tampoco películas como Blade Runner,ni libros como los de Phillip K Dick
porque la realidad ha superado a la ficción
y aunque sea duro decirlo
ya nadie se juega el tipo por nada.
Prefieren ir al gimnasio,
pagar una cuota.
Aunque la realidad es una obra de Ciencia Ficción.
Tú, yo, los replicantes y sus ovejas eléctricas
en la azotea del Chare Now.
Víctor Cuetos, Xixón, 2023
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