jueves, 14 de enero de 2021

Una vida tranquila

 

Yo siempre quise una vida sencilla

en la que no tuviera que ser

mejor que nadie

no tener que compararme

ni competir con mis iguales.


Si había y hay algo que odio

en la vida es eso...

Competir.


Nunca quise tener el mejor coche

ni la novia más guapa del instituto;

me daba miedo, mucho miedo

todo eso y lo que significaba.


Vivir en una película norteamericana

de sonrisas profident

o en un telefilme canadiense

de lágrimas de cocodrilo.


Yo siempre quise una vida sencilla

y luché por ello

nunca quise ser el mejor en nada

ni tener que sentirme mejor

por el mero hecho de sentirme mejor.


Me daba asco

me repugnaba.

Competir por competir.


Y por eso gritaba

de rabia

y se me hizo un nudo

en la garganta...


Y se me abrió el pecho

y entro la luz

porque las únicas sombras

que quería ver

eran las que se proyectaban

en las cortinas

a través de las persianas

en una noche de verano

o en una noche de invierno

que más dará...

si yo solo quiero una vida sencilla

en la que no tenga que competir

con nadie;

y cuando digo nadie

es NADIE.  


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