Uno se pasa la vida
resolviendo crucigramas
y la vida acaba convirtiéndose
en un crucigrama.
Lo mismo pasa con los jeroglíficos
o si te da por buscar catorce errores
en dos imágenes casi iguales.
También es verdad
que si te pasas la vida
huyendo
es probable
muy probable
que nunca te encuentres
a ti misma.
Uno se pasa la vida
pensando
que la verdad está ahí fuera
como en los Expedientes Xs
de Scully y Mulder
y resulta que la verdad
nunca ha estado ahí fuera.
No.
Está aquí. En todos nosotros.
Se acerca al pecho
nos golpea el corazón
y cuando ya late demasiado rápido
se para, se para.
Sin detenerse
y vuelve a latir con fuerza.
(Con todo esto, quiero decir
qué...)
Uno se pasa la vida queriendo
saberlo todo.
Saber para comprender
a que te enfrentas
o a quien tienes que ayudar.
Y al final la verdad
no está ahí fuera
está aquí, al lado del pecho
te golpeará, repartirá a su suerte
y cuando todo se detenga
para unos; será lo que les oprima
o un secreto vergonzante.
Y para el resto; lo que les libere
y desprenda de todo lo real e imaginado.
Aunque la verdad, la buena,
la auténtica, es que...
Unos quieren vivir y morir en el Benidorm
del desarrollismo franquista
y sus males o peores (per)versiones.
Y otros, otras personas queremos vivir
donde nos dé la puta gana; pero vivir de verdad.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX