Cuando le pones precio a la vida
la vida te pone precio a ti
y de ahí
como si fueras el techo del déficit
o la prima del Riesgo.
No puedes salir.
La primera vez que te tasan
enseñas los dientes
y te caen:
Primero uno
luego otro
aunque no se te vea
tu sabes la pobreza que llevas
encima.
No hay ayudas de emergencia
ni salarios sociales básicos.
Te vendes
por tu familia
por quedarte en el Paraíso
que te vendieron en los Culebrones
de las Tres y cuarto donde
salían prejubilados mineros del norte
puestos de farlopa
o trastornados de banco con pensión
de funcionarios hablando cinco idiomas.
Puteros
que salen del puticlub
como si fueran dioses
de la Viagra a diez euros.
Trabajadoras sexuales
que pensaron que quizás
podrían tener una vida mejor
aunque nunca la tuvieran
ni ahora
ni nunca.
Erotismo en la vejez
o eyaculación precoz
de 100 euros la hora.
Cuando le pones precio
a tu vida
no hay vuelta atrás
te mueres poco a poco
y ni todo el dinero del mundo
podrá solucionarlo
ni podrá salvarte de nada.
Niño Criminal, XX, XXXX.
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