miércoles, 3 de noviembre de 2021

*En mi oficio o arte sombrío

 



De los borrachos diré 

que me gusta su afán 

por insistir en compartirlo todo; 

la copa de vino, el vaso de whisky, 

las colillas del cenicero, los meados, 

las babas, los escupitajos, su vómito. 


De los más yonquis diré 

que me gusta su afán 

por picarse todo el cuerpo 

y llenarse de laceraciones 

como si fueran señales

de su vida perra y a veces gloriosa .

Desde su éxtasis o el orgasmo 

de su colocón 

hasta el descenso a los infiernos

cuando la droga y sus efectos 

se ausentan o se atenúan. 


De los ludópatas y las lucecitas 

me gusta 

su afán por perder el dinero 

y volverlo a ganar y volver a perderlo 

y definitivamente volver a perderlo todo. 

Dándole tan poco valor 

y al mismo tiempo el único que tiene. 


He de decir que siento la misma curiosidad 

por los abstemios 

y pienso que a algo han de estar enganchados 

a la ventana de casa 

a criticar la vida de los demás 

al deporte o a la vida sedentaria 

a las hamburguesas del burger king 

o la coca cola o el monster. 

 Al facebook y al tik tok. 

A las lucecitas, a los estímulos 

a lo que coño sea. 


Y al final me siento tan lejos 

y tan fuera de ellos 

de alguna forma extraña 

nunca conecto del todo

como cuando la lluvia no te toca 

solo la sientes caer. 


Aun así ni siquiera yo 

entiendo este sombrío 

y solitario acto 

y todos los vehículos 

que me llevan a él. 

Solo a él; 

al acto de escribir 

intentando comprenderte.


Antes de que nos llegue la hora 

de decir adiós a todo  

y que nos hayamos muerto 

de una cosa u otra. 

Que más dará. 



Víctor Cuetos, Xx, XXXX


A mi tío Lucky, ya fallecido. Nos veremos en el infierno o en el cielo, y hablaremos de poesía y revolución mientras nos fumamos un canuto o un puro habano, que más dará. 

*Dylan Thomas 









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