El Fado abrió mis entrañas en dos:
En un lado había restos de recuerdos
diseminados entre la Arena y el Mar.
Y los Muelles de Embarque.
Esparcidos como semillas por la tierra
junto con mi alma de poeta muerto.
En el otro lado no había deseos ni ambiciones.
Solo sé que llegaba demasiado pronto al trabajo
y siempre salía tarde. Muy tarde.
A penas dormía tres horas seguidas
cuando lograba conciliar el sueño.
Hasta que un día, y ese fue el mejor día de mi vida.
Nunca volví a llegar pronto ni a salir muy tarde.
Ni a estar triste o frustrado. Sin ambiciones ni deseos,
comprendí que aunque no seamos la misma gente;
cantamos siempre el mismo Fado.
O Fado do Mundo.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX
Não digas mal de ninguém,
Que é de ti que dizes mal.
Quando dizes mal de alguém
Tudo no mundo é igual.
Fernando Pessoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario