Aida no tiene dieciséis años
puede que no
sea una heroína
como las de antes.
Sabe que le pusieron ese nombre
por la canción pero no sabe
lo que es ser roja ni tiene
la más remota idea de lo que es
el Comunismo libertario.
Le gusta el crack dice que está
de moda, que en su barrio la pican
al timbre para fumarse una pipa con ella.
Dice que es una droga de compartir.
A ella le quita la ansiedad.
Es cómoda de consumir.
Y su efecto es rápido y certero
como una bocanada de aire.
Y además se la regalan.
Lleva una cajita con forma
de corazón donde guarda
pequeñas piedritas de crack.
Y a veces las cuenta tantas
veces como las veces
que le rompieron el corazón.
Escoge una, la más pequeñita
la que solo le quite la ansiedad.
Ella es dura como una roca
bella como una piedra preciosa.
Aida puede que no sea la Aida
de la canción, porque es la Aida
de otra canción, de otras derrotas.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX
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