Los gatos vuelven a la plaza
y los niños se van
les doy de comer
Crecen
se reproducen
El viento es el mismo
el árbol
el valle
más seco
que cuando llegué.
Ya no se oyen gritos
ni risas
ni voces.
Solo queda el viento
y las hojas
batiéndose en duelo.
El ruido de una cuchara
al chocar con la taza
puede ser ensordecedor.
Solo nos falta el invierno
el frío
y su gélido abrazo.
Al abrigo del tiempo
esperaremos
a que salga el sol
de nuevo.
Las naturaleza nos iguala
y nos confiere
un papel mucho menor
del que pensamos que tenemos.
Eterno, Isuerre, 2012.
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