martes, 6 de mayo de 2014

Xixón



Xixón, que lejos me quedas estando tan cerca.
Eres como un collage, una moda efímera.
Algo pasajero.

Una ciudad que te tienen que enseñar
porque a los que la llevamos dentro
ya se nos ha olvidado.

Un símbolo del hormigón.
Un elogio al horizonte sin horizonte.
Una reconversión sin reconversión.
Una probabilidad entre miles.
Una casualidad, un destino incierto.
Xixón.

Como las grúas de los Astilleros
y sus fantasmas occidentales
forman parte del imaginario colectivo.
Una obra de arte inacabada.
Una oda a la procrastinación.
Xixón. 

Me gustan sus gentes sencillas
los que se quitan los zapatos
y los calcetines para sacudir la arena
entre el bullicio de la playa.

Los que cantan por los barrios
y las que gesticulan al hablar
“Calla bobona, que un culín nun te va facer dañu”

Me gustan las gentes que te miran
hacen como si existieras.
Xixón.
Que gusto tenerte tan cerca
eres como una playa en la neblina.
Como una viuda que pasea
en círculos concéntricos
y nunca va a dar a la mar.

Estás sin estar
eres como un estado de ánimo.
Gozas de la bipolaridad
de una urbe que no llega a urbe.
A veces pareces.
Parece que habitas la noche
y duermes el día.

Y así como de repente
una mañana cualquiera
de las que amanecen con sol
vuelve el gentío.
Vuelven las voces
vuelves a ser.

Volver como quedarse
para volver a marcharse.
Siempre estás de paso.
Exiliado en invierno
y retornado en verano.

Haces como que no estás
y estás sin estar.
Como...
una obra inacabada;
una oda a tu procrastinación.
Xixón. 


XIXÓN, 2014.  

2 comentarios:

Carmen Martín dijo...

Víctor, que sentimiento tienes!!!.

Víctor Cuetos dijo...

Y tu más.Se intenta...¡Gracies Carmen!