domingo, 29 de junio de 2014

La Tercera


Conchi
se descalza las zapatillas
una y otra vez
se las quita
y se las vuelve a poner
un movimiento repetitivo
que aunque errático
casi parece iniciático.

Las pone en la mesa
las tira al suelo
y se queda mirando fijamente hacia ellas
mientras se toca la planta de los pies.
Alza la vista
y mira como si no viera nada
con los ojos ennegrecidos por la edad
grandes, muy grandes y apagados.

Su compañera grita, gime
“Llevarme, llevarme. Ay, ay, a-a-a-a,
ay, ay, ay, a-a-a-a-a. Llevarme, llevarme”
Pienso que es hacia su habitación
pero en su habitación sigue gritando.

Herminio sube a verla todos los días
algunas veces sube un órgano digital
de esos de niños y le toca canciones populares
de la tierra, o alguna de su época.
Ella para de gritar pero ya no lo mira
ni lo ve ni parece que lo sienta. 
Aun así todos y cada uno de sus días
le acompaña sin rechistar.
Eso es amor, y su esencial
y correlativo acompañante.

No huele a muerte pero se percibe
las moscas van preparándole el terreno
como Ángeles Custodios
quizás consigan un poco de sangre
para la cena de esta noche.


El amor es la compensación de la muerte, su correlativo           esencial
Arthur Schopenhauer



Victor , 2014, El Franco, Asturies.



3 comentarios:

vicente dijo...

Mi venganza funeraria,será amarte....hasta robarte el corazon,mientras las moscas preparan el terrenode ese robo lleno de muerte y amor.....jeje..como improviso

vicente dijo...

Jo...como te inspira el rio Porcia y la brisa Asturgalaica...

Víctor Cuetos dijo...

Tas hechu un Rimbaud...