Yo he tenido muchas vidas
alguna de ellas las he visto por las mismas ventanas.
Otras tenían diferentes puertas
diferentes cerraduras
pero las llaves eran las mismas.
Las tiré desde el vacío aterrador
de un Rascacielos diseñado por Ballard.
Yo he tenido muchas vidas
en alguna de ellas encontré a Pessoa
en una oficina bancaria
disfrazado de Marino mercante.
Lo llame impostor
y me domicilió la nomina
en el Banco Espirito Santo.
Yo he tenido varias identidades fiscales
he saldado mis cuentas con Hacienda
y con la Cámara de Comercio
por la vía de Apremio.
A veces soy moroso
de casi todas las operadoras de telefonía móvil
intento recuperar lo que me han estafado
por la vía del NO PAGO/ NO DEBO NADA.
Yo he tenido varios nicks
varios nombres
pseudónimos
heterónimos
he jugado a ser
lo que no queriáis que fuera
he jugado a ver
lo que casi nadie quiere ver.
Ahora...
ahora que las conjunciones
juegan con las conjugaciones
me ha dado por volver a mi nombre propio.
Ya no quiero ser un pronombre personal
prefiero ser simplemente ser.
Yo que he tenido que huir
para volver a verme en un espejo
en un reflejo
en un azulejo de digitaciones
digitalizadas
ultra potencias sugestionadas.
Yo...
quiero volver a ser el mismo...
pellizcarme los latidos
ahora que los recuerdos son del Facebook
y tu ego se promociona por vía Twitter
y que es probable que tengas que pagar
una pequeña e importante suma de dinero
para salir de tus círculos sociales
y ampliar el campo de Batalla.
Ahora que hay aplicaciones
que hacen de tu cuerpo y el mío;
un libre mercado.
De tus emociones;
una lucecita verde
que te sugestiona.
Yo...
he decidido volver a ser yo
un yo abandonado
en una plaza de garaje
no pagar cuotas ni peajes
hilvanar las redes de
una nueva filosofía
por vieja que sea.
Me han hecho cínico
un bastardo del nihilismo
un descreído
un acérrimo cabrón
y mi casa
mi árbol
mis palabras
mis versos
mi poesía
mis ventanas
mis sentidos
mis puertas
están abiertas a ti
a tu imagen y semejanza.
Víctor Cuetos, Xixón, 2016
alguna de ellas las he visto por las mismas ventanas.
Otras tenían diferentes puertas
diferentes cerraduras
pero las llaves eran las mismas.
Las tiré desde el vacío aterrador
de un Rascacielos diseñado por Ballard.
Yo he tenido muchas vidas
en alguna de ellas encontré a Pessoa
en una oficina bancaria
disfrazado de Marino mercante.
Lo llame impostor
y me domicilió la nomina
en el Banco Espirito Santo.
Yo he tenido varias identidades fiscales
he saldado mis cuentas con Hacienda
y con la Cámara de Comercio
por la vía de Apremio.
A veces soy moroso
de casi todas las operadoras de telefonía móvil
intento recuperar lo que me han estafado
por la vía del NO PAGO/ NO DEBO NADA.
Yo he tenido varios nicks
varios nombres
pseudónimos
heterónimos
he jugado a ser
lo que no queriáis que fuera
he jugado a ver
lo que casi nadie quiere ver.
Ahora...
ahora que las conjunciones
juegan con las conjugaciones
me ha dado por volver a mi nombre propio.
Ya no quiero ser un pronombre personal
prefiero ser simplemente ser.
Yo que he tenido que huir
para volver a verme en un espejo
en un reflejo
en un azulejo de digitaciones
digitalizadas
ultra potencias sugestionadas.
Yo...
quiero volver a ser el mismo...
pellizcarme los latidos
ahora que los recuerdos son del Facebook
y tu ego se promociona por vía Twitter
y que es probable que tengas que pagar
una pequeña e importante suma de dinero
para salir de tus círculos sociales
y ampliar el campo de Batalla.
Ahora que hay aplicaciones
que hacen de tu cuerpo y el mío;
un libre mercado.
De tus emociones;
una lucecita verde
que te sugestiona.
Yo...
he decidido volver a ser yo
un yo abandonado
en una plaza de garaje
no pagar cuotas ni peajes
hilvanar las redes de
una nueva filosofía
por vieja que sea.
Me han hecho cínico
un bastardo del nihilismo
un descreído
un acérrimo cabrón
y mi casa
mi árbol
mis palabras
mis versos
mi poesía
mis ventanas
mis sentidos
mis puertas
están abiertas a ti
a tu imagen y semejanza.
Víctor Cuetos, Xixón, 2016
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