domingo, 11 de noviembre de 2018

Las buenas gentes primero




Hay crímenes que se cometen
en casas ajenas
o en pisos enteros.
A puerta cerrada
y a grito pelado.

Madres que no quieren a sus hijas
padres que no quieren a sus hijos
y que les condenan a una educación
llena de traumas.

Tienes que escuchar sus gritos
un domingo por la tarde
de esos lluviosos
en los que estás más sensible
de lo normal. Y te cansa.

Te apetece bajar y picar a tu vecino
y gritarle que se deje de joder
a su hija, o a sus hijos.

Hay crímenes que se cometen
en nombre del matrimonio
por los siglos de los siglos
hasta la muerte, Amén.

Tres veces por semana
o una tarde lluviosa como hoy
o una soleada en la que has decidido
quedarte en casa.
Escuchas la lista de normas horrendas
las rígidas composturas impostadas
a grito pelado
una y otra vez.
No hables con los vecinos
no los mires a los ojos
no fumes no jodas
no bebas no rompas platos.

Cualquier disculpa es un buen motivo
para gritar, gritar fuerte, una y otra vez
hasta que el que o la que recibe los gritos
se sienta culpable por nada.
Es una pena porque sus hijos y sus hijas
podrían haber sido mejores que ellos:
-Las buenas gentes o los buenos cristianos
esas odiosas personas que te joden un domingo cualquiera.

Víctor José Cuetos, Xx, XXXX


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