Todos los días
durante el Primer Confinamiento
escuchaba una risa loca
sobre las 5 o 6 de la mañana.
Pareciera que todos los días
a esa misma hora
le hicieran cosquillas
o se hubiera comido un secante
de LSD-25.
O quizás fuera una risa
adrenalínica
propia de una persona
en reclusión.
Lo extraño
era la hora
siempre
sucedía a la misma hora.
Previamente
escuchaba dos voces
susurrando
también entre risas
planeando
quizás
una gran Evasión.
La suya.
Hacia Dubai
porque al parecer
algún estúpido
les dijo que allí
les iría mejor que aquí
y podrían vivir del AIRE.
Ella pensaba que en España
tendría una vida mejor.
Y no fue así
y en Dubai
quizás fuera aun peor.
Él vivía de las ilusiones
de la gente
daba igual
que fuera hombre o mujer.
Le gustaba cantar
ya fuera en el Karaoke
o con el Auto Tune.
En realidad
era un pobre desgraciado
de edad indeterminada
que aspiraba a ser artista
sin haber creado nada
en su puta vida.
Lo mismo traficaba
con mujeres
que con drogas.
Tenía embargos
por doquier
no pasaba la manutención
a los hijos
ni a las mujeres
que había obligado
a hacerlo con él
sin condón.
Porque él era un buen español
y se lo merecía.
De pura cepa; español a Pelo.
Votante de Vox
un elegido
por un caballo blanco
en Santiago de Compostela.
Mi imaginación me dice
qué;
él siguió siendo igual
de caradura
y sin vergüenza
y ella se quedó atrapada
en una risa loca
casi adrenalínica
y lo que fue
una reclusión obligada
acabó siendo una reclusión
voluntaria.
Todos los días
después de la Pandemia
vino otra Pandemia
y contra esta no había vacuna
y cuenta la leyenda qué;
Al Ser Humano
lo mató su propia estupidez.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX