Tú me dijiste que tu sueño era
poner una zapatería
en la que sonara Silvio Rodríguez
y sus versos más certeros.
Yo soñé que quizás cuando cerraras
a mediodía quizás me pudieras ir
a buscar a la fábrica.
Comer juntos después de una larga jornada laboral.
Todo era perfecto.
La bicicleta con la que me ibas a buscar
las ganas de verme
las ganas de verte.
Pensé que quizás hoy
toda esa mierda
quizás fuera posible.
Y qué la revolución
al fin y al cabo
era el amor que sentía por ti
y por los demás.
Y las ganas de luchar
contra cualquier adversidad.
Luchar codo con codo
contra esa lucha de egos
que nos mata por dentro.
Contra la acumulación del Capital
y los deshechos que va dejando
por toda la ciudad.
Me equivoqué
no por ti
no por mi
simplemente porque
aunque era posible
no era viable.
En estos tiempos de capitalismo salvaje;
Tú eras un juguete roto
y yo un muñeco
igual de roto que tú.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX
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