sábado, 20 de septiembre de 2025

La patronal te mata callando






Nos venden baratos y llaman trabajo 

asalariado a la esclavitud. 

Prestamos servicios indispensables 

y nos pagan salarios de usura. 

Nuestros empleadores antaño

eran llamados traficantes de esclavos. 

Y esclavas. 


Nuestras calles se inundan de repartidores 

de Glovo en patinete qué se manejan

entre la lluvia a su suerte 

haciendo la compra por ti. 

Qué estás cansado de echar 

horas extras. 

No ven el peligro, su tiempo es dinero 

aunque lo llamen libertad de horario. 

Si les prestaran una narcolancha sería

más o menos lo mismo; ganarían más dinero.


Dependemos unos de otros 

pero nunca fue todo tan 

ridícula-mente falto de todo. 

La economía es un trapicheo 

en el que siempre pierden 

los mismos. 


La patronal te mata por dentro

pero tú, tú echas la culpa 

a tu vecino. El raro. 

Te vacían, pero tú te enfrentas 

al que viene de lejos para 

buscarse la vida. 

El oscuro. 


Apenas ves a tu familia 

y a tus amigos casi los has 

olvidado. Y la culpa es del 

otro, o sea tú, o sea yo, 

o sea el otro. Qué es más otro

qué tú. Gilipollas. 


La patronal te mata por dentro 

y ya te da igual ocho horas 

qué ochenta. Cuando te jubiles

quieres ser como ellos 

pero con cáncer de próstata. 

Ir a pescar salmón a Noruega, 

buscar el Santo Grial 

o el Vellocino de Oro. 

Jubilarte en una isla 

donde los cubatas 

están tirados de precio 

y las hamacas sean más baratas. 

Cuando quizás ya sea tarde 

o te salgan los gusanos 

por las cuencas de tus ojos. 


Siempre hay un peor que tú 

pero aún no has aprendido

la diferencia que hay 

entre ser pobre o ser un

puto miserable. 


Niño Criminal, Xx, XXXX 


"¿Huye un perro de un dueño desalmado?" 







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