Mi leyenda del tiempo
Mis lágrimas son de acero niquelado
tengo tu sonrisa
envasada al vacío
elevada al cubo
hasta la hipotenusa.
Con las ventanillas del coche bajadas
alzando los brazos al cielo
abrazando hasta el último rayo de sol
escuchando “La leyenda del tiempo”.
Camarón de su Isla
la mía se quedó helada
hasta que llegue el barbecho
y la escarcha se convierta en cenizas.
Bajando los puertos
en punto muerto
he visto curvas
que no creerías.
Es mi vida
que cuando llega a la cima
desciende vertiginosamente
y corona al abismo
con un ramo de flores.
En la leyenda del tiempo
los relojes siempre marcan
la misma hora
Y el tic tac
es mi corazón
que galopa
carreteras comarcales
evitando peajes
saltandose stops
en medio de la nada.
Y en medio de la nada
Te sueño
Te anhelo
Te creo
Pero ya no te necesito.
En mi leyenda del tiempo
ya eres un bonito recuerdo.
Eterno, Isuerre, 2013
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