domingo, 29 de abril de 2012

Hipotálame el cerebro



A veces el doble filo de la cotidianidad
me rompe en dos.
Me desdoblo entre el ignoto vacío
y la celebración efímera.

Entre la fiesta y las ruinas
de un recuerdo en llamas
que me eriza el hipotálamo.
(Mezclo el hambre con las ganas de vivir.

Soy deletéreo
la sombra de un vestigio
que se entrego al amor,
las cenizas de un incendio
que rápidamente se extinguió.

Hipotálame el cerebro
con almizcle
y cristales de Murano
y hazme olvidar que existo.

Insisto, hoy es uno de esos días
en los que me dejaría
llevar por el viento...


Víctor Cuetos, Isuerre, 2012.

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