jueves, 4 de junio de 2015

A Bachi






Estoy sensible
le he comprado una pulsera 
para lavar mi conciencia 
a Bachi;
un mítico vendedor ambulante
que me recuerda a Jimmy Cliff


Bachi vende pulseras 
que hace su padre en África
por mera supervivencia
te estrecha la mano 
y te rasca con las uñas la palma 
como si te diera buena suerte 
o te agradeciera algo eternamente. 

Bachi parece un brujo
un chamán 
tiene algo especial 
su mirada transmite calma. 
Paz y sosiego 
su voz se atenúa 
cuando habla contigo. 

Lleva más de 20 años aquí 
pateándose las calles 
está cansado 
se le nota cansado 
no hay dinero 
soy su primera y última venta del día. 

Este mes creo que me he comprado 
más de diez pulseras de cuero 
aunque también he sido cruel con un mendigo 
porque me ha pedido cinco céntimos 
y yo le he dicho: 
-Tío, como pretendes ganar dinero si pides céntimos. 
Tienes que pedir euros, o simplemente pedir. 
Y le dí cinco céntimos. 

A veces soy cruel 
no me gusta que nadie se arrodille 
se rebaje ante mí 
me provoca cierta ira 
cierta rabia 
cierto coraje 
que se va atenuando con la edad 
pero aun queda
aun queda 
se bate el cobre con mi sensibilidad. 

Estoy sensible 
No siento las quemaduras del metal de aporte 
mi piel hierve como si fuera agua.
Un puro estoicismo me protege. 


Estoy sensible. 
Me quemo...pero no ardo

El infierno es un lugar
al cual acudo
simplemente para saludar.

He visto a un habitual de la calle 
que me saluda con un metálico HOLA

pasea con dos perros negros 
que agitan sus colas con felicidad. 

Estoy sensible, me emociono por cualquier cosa.
Y esta vez no voy a pedir perdón a nadie. 

Tampoco voy a emborracharme 
ni a recorrer los antros 
que iluminan la ciudad 
los siete días de la semana 
mi estoicismo ha vuelto 
para protegerme de la realidad. 

Cuetos Víctor, Xixón, 2015

“Mientras exista una clase inferior, perteneceré a ella. Mientras haya un elemento criminal, estaré hecho de él. Mientras permanezca un alma en prisión, no seré libre.”
Mijaíl Bakunin 

1 comentario:

Unknown dijo...

La güestia: mis lagrimas discurren como un rio incandescente de lava que quema mi piel y abre surcos en mis mejillas... Siento mucho dolor mi cuerpo ha caído en las fauces de un cepo, siento la necesidad de gritar mi iracunda rabia y furia, romper la mordaza impuesta por los tiranos que manejan el timón del barco de la hipocresía...