domingo, 7 de junio de 2015

Escribo en tus senos, estos cosenos.

Escribo, escribí, escribiría / toda mi vida / aunque sea lo último que haga / y así espero que sea / lo último que haga / Es mi enfermedad gramatical.

Escribo en las paredes de las calles
si es necesario 
si tu me lo pides 
si me lo pide mi cuerpo agitado 
por algo que aun desconozco.
Escribí.
En los rollos de papel  higiénico 
cuando se paró la cadena 
un buen día que dejó de producir.
En las servilletas de los bares 
solo y apesumbrado 
con un bolígrafo Bic en la mano.

Escribiría con mi sangre 
si fuera necesario 
si no me quedara otra.
Escribiría 
con el sudor y las lágrimas 
con el palpitar de tus dedos 
con la tensión de tus músculos 
cuando se abren a mí 
y yo entro. 
Entro y me pierdo 
por las escombreras de las obras 
del alcantarillado urbano.

Escribiría en tu piel 
en tu espalda 
real o imaginariamente 
solo tienes que pedírmelo. 
Yo me follo a las palabras 
me las follo a todas 
huelen a sexo 
al sudor de los gemidos 
al unísono de los sentidos.

Y eso que no soy escritor 
ni poeta ni nada. 
Estudié en las fábricas 
soy maldito por circunstancias de la producción 
en las academias no podía conmigo 
ME PIRABA A ESCRIBIR 
esa necesidad superlativa 
de vocales y consonantes
que llenaban mi cabeza de letras.

Escribo si es necesario
si el cuerpo me lo pide 
si tu me lo pides. 
Escribí en las calles
en las rotondas 
en las marquesinas Declaux 
en las paredes 
en los árboles 
en las cumbres 
en los contratos basura 
en las fichas de las ETTS 
en los neumáticos michelín 
en los autobuses urbanos 
mis versos se desvanecen 
en la red 
están destinados a perderse 
en tu mente.

Escribo, escribí, escribiría 
toda mi vida 
aunque sea lo último que haga
y así espero que sea 
lo último que haga.
Es mi enfermedad gramatical.

Cuetos Víctor, Xixón, 2015 

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