Ha vuelto el invierno
ya puedes saltar en los charcos
comprar unas botas de agua
o pedir que te las compren.
Comprar un paraguas
y perderlo
y volver a comprarlo
y volver a perderlo
en algún bar
o alguna fiesta
o en la frutería de la esquina
para que no me llamen ustedes
borracho...o drogadicto.
Ha vuelto el invierno
parece un Estado del Ánimo
pero solo es una Estación para el Norte
en la que te apetece coger ese tren
y volver a tu casa
pero nadie en su sano juicio
vuelve a casa en Navidad;
solo estás de pasada
o eso fue lo que te dijiste
la ultima vez que emigraste
por razones forzosas
y a veces voluntarias.
Nadie en su sano juicio
vuelve a casa por Navidad
las fronteras se vuelven más fronteras
es lo que nos separa del Sol de todas las mañanas
porque hemos aprendido a ver en la oscuridad.
Nadie en su sano juicio
vuelve a casa por Navidad
tienes que contarle tu vida
a todo el mundo
como si fuera la última vez
o la primera que te has ido
y has vuelto
y te has ido
y te has vuelto
siempre por razones forzosas
y a veces voluntarias.
Tienes que escuchar
lo que has cambiado
lo que has perdido
y todo lo que has ganado
traspasando las fronteras
en busca del sol.
La sonrisa de tus sobrinos
lo conservadores que se han vuelto
tus padres
lo miedicas que nos hemos vuelto todos
porque hemos aprendido a ver en la oscuridad
o no
no lo sé
de verdad que no lo sé, joder...
No se me da bien marcharme
no se me da bien quedarme
solo sé que se me da bien
escuchar
las gotas de la lluvia
golpeando los tendales de los edificios
y soñar que yo soy una de ellas
y no sé
de verdad que no sé
lo que tardaré en llegar al suelo
para VOLVER a poner los pies en la tierra.
Víctor Cuetos, 2016, Xixón
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