sábado, 17 de marzo de 2018

Mi mundo es pequeñito





Me propongo construir mi pequeño estado del bienestar

frente a ese otro que es incapaz de dar marchar atrás
y que nos aboca a una vida cargada de hostilidad.
De prisas, de carreras, de contenciones, de producciones,
de metas, de objetivos, de remuneraciones al servicio
de nada, de ficciones, espectáculos, simulacros
que se venden como escaparates de lo humanitario
y son mentiras cochinas que silencian la barbarie
que han extendido por cuatro valores al alza.

Me propongo pequeños actos cotidianos
que engrandezcan el espíritu y alivien la rabia.
Llevar la poesía a las calles y que sus esquinas
reverberen versos
que sus adoquines repiquen las palabras
todas las palabras que han silenciado
con tantas ansias de poder y riqueza.

Aquí no hay tratados Schengen
ni fronteras delimitadas
ni estados de excepción
ni del malestar creciente.
No dejes que tu vida dependa de ellos
No dejes que la ira apague tus sueños
y los convierta en pesadillas.

Somos pequeñas islas equidistantes
y aquí decidimos
y aquí construimos
nuestra exclusiva jurisdicción.

Ante cualquier agresión o invasión
aunque sea militarmente superior
reaccionemos con versos, piedras, palos.
Tirachinas, pinturas, petardos, cohetes.
Bicicletas, silbatos, cornetas, bocinas.
Platos, cacerolas, globos, gritos de rabia.
Frases cortantes, estribillos altisonantes.

Demostremos que nuestras guerras
son de baja de intensidad
Y que sus consecuencias
son infinitamente más humanitarias
que las que han emprendido
nuestros gobiernos y estados del malestar.

Mi mundo es pequeñito
y en él estás tú, y tú
y aquel, y ese otro
y todos nosotros y nosotras
sin distinción alguna.

Nuestro mundo es el posible
el suyo hace tiempo
que es una fábrica de muertos
que produce cadáveres.

Eterno, Zaragoza 2011 


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