martes, 13 de marzo de 2018

Nuestros vientres bajo tierra


   


Nuestros vientres temblaban 
del frío que da pensar 
volver a la carne y al cuerpo 
después de haber jugado 
tanto tiempo a ser invisibles. 

Neuronas Espejo dijiste. 
Vamos bajo tierra te dije:

no tienes que temer al vértigo 
ni a las malas caídas 
solo a las escaleras mecánicas. 
Aun así vas de espaldas a todo. 
Y eso me gusta. 

Mientras tanto...
los vigilantes miraban sus cadenas 
atadas a relojes de escarcha
y comentaban entre risas congeladas
lo mucho que apretaban las esposas
 a los detenidos.
Daban un poco de asco. 
Y te lo dije. 
Y también te dije aunque no me acuerdo:


Los silencios hablan 
yo puedo escucharte 
desde muy lejos 
sentir lo que sientes
hablar sin hablarte.


Soy un punto rojo
en un cuadrado negro 
en una pared blanca. 
No creo en el azar
ni en el destino
por eso quiero cambiarlo
por eso me niego a aceptarlo.


Te lo dije en el andén 
mientras contábamos 
pasajeros mirando al móvil. 
Yo conté 39, tú 54 
mientras pensábamos 
que no éramos buenos para las matemáticas
y que nunca, y digo nunca; lo seríamos. 
Vimos a un mendigo 
pidiendo un poco de humanidad 
a la salida del metro.


Nos sentamos en Sol 
y tú formabas parte del verso
que a continuación iba a escribir
y se me olvidó pensando
si íbamos a alguna parte
o no. 
Fue entonces 
cuando aprendimos 
a caminar por la oscuridad
sin caernos.


Víctor Cuetos, Xx, 2018

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