A veces me pregunto
si la poesía me salvará
de una muerte segura.
Y si haré apología del A veces
o de la poesía como forma de vida.
Me libera
o pienso que me libera
aunque me hace más frágil
y por lo tanto más consciente de todo.
Suelo predicar el “a veces” con
frecuencia
habita en mi la procrastinación del
ser adverbio
en modo y forma y su insoportable
levedad “a veces”.
A veces me pregunto
si la poesía me salvará
o me matará.
A veces prefiero ser poeta
que cualquier otra cosa distinta
a veces prefiero ser narrador
un narrador distante
que frecuenta los adverbios
para no tener que estar conjugando
verbos todo el tiempo.
Me cansan los artículos indeterminados
y algunos sustantivos.
Creo que me estoy volviendo loco
y la poesía me sanará
me salvará de toda esta mierda
que nos hemos montado
y que algunos aun se atreven
a llamar Civilización y Democracia.
Aunque casi nadie ha movido un dedo
para salvar a Grecia, ni a los que se
pierden
en el mar en un viaje con destino
incierto.
Una jodida Odisea Griega.
A veces me pregunto
si merecerá la pena
que la poesía me salve
o si hay algo de lo que salvarme.
Es entonces cuando recurro a los
Adverbios
con frecuencia
habitualmente
de tiempo
y reniego del tiempo que hace
o del tiempo que pasa
o de todo lo que debería pasar
y no pasa más que por mi cabeza.
A veces me pregunto
si yo realmente he elegido
ser
poeta
o narrador
o yo que sé...
Es cuando quiero que pase el tiempo
y vuelva a ser consciente de todo
frágil vulnerable
de pecho abierto
de risa fácil
de lágrimas laceradas lacerantes
y escribir entonces los versos más
precisos
y que te lleguen
que te toquen
que te conmuevan o te hagan reír.
Que te atormenten o
que te hagan olvidar
todas las odiseas vividas
y las que te quedan por vivir
pensando que un Adverbio
que se hizo
o al que han hecho poeta
ha conseguido matar al tiempo
y a su “a veces “ insoportable y anodina levedad.
Víctor José Cuetos González, Xx, XXXX
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