Eres la excusa perfecta
para no hacer nada o hacerlo.
Qué más da, da igual
nos pongamos
como nos pongamos
eres la disculpa perfecta
para echar a correr
huir de todos o
de nadie.
Eres la excusa perfecta
para escribir un libro de poemas
existenciales
para no dormir más que lo justo
y necesario.
Y a veces ni eso.
Eres la excusa perfecta
para comerse la hache
y vestirse de HAMBRE.
para vestir punto
calzar botas con pantalones
a cuadros.
Somos el infinitivo del verbo SER
todos los participios activos
y todos los Gerundios Unidos.
Eres la excusa perfecta y yo tu disculpa
para escribir poesía en un rollo de papel
higiénico y luego sonarnos los mocos con él.
Aunque tú y yo
sabemos que eso nunca va a ocurrir
porque somos la excusa perfecta
para seguir escribiéndolo todo.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX
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