Sé que soy el tonto número uno
por confiar
así
a primeras
en casi todo el mundo.
Menos los que no me dejan respirar.
Aun así
no me arrepiento de casi nada
qué más da ser el tonto número uno
que el número dos.
Si de tontos y tontas está lleno el mundo
si no, no nos iría como el culo.
Yo siempre fui un poco tonto
a la par que inteligente
se me da mal reaccionar
siempre me gustó más
rebelarme
y está mal visto.
No aspiraba a ser el tonto
número uno
ni el número dos
ni el tercero
me conformaba
con el cuarto o el quinto.
El que se levanta de la cama
a las cinco y media de la mañana
para coger el tren
para ir a trabajar
caminar 25 minutos con gusto
mientras todas las ciudades del mundo
duermen o se despiertan.
Por eso yo decidí
ser uno de los muchísimos tontos
que se levantan por la mañana
para dar beneficios astronómicos
a gentuza en su gran mayoría.
Víctor Cuetos, Xx, XXXX
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