miércoles, 30 de octubre de 2024

El Club Disney

 


Nunca me han gustado las 
tribus urbanas ni por supuesto 
las bandas de pendejos 
o las organizaciones criminales. 

Todas justifican..
comportamientos
más propios de abusones 
que sin el grupo que los protege 
no son más que niñitos de papá.  



Siempre he sido más de
movimientos políticos o sociales
con un objetivo bien definido y
argumentado. 



Siempre he sido un poco guarro, 
un poco ambiguo en el buen
sentido  de la palabra. Un poco grunge, un poco punk, un poco de todo menos de uniformes. 

No comparto ideas tales 
como morir matando 
o ataque frontal salvaje.

Novios de la muerte, 
viva la muerte, muera 
la inteligencia. 
Si es que ni siquiera
les puedo poner 
signos exclamativos 
a tales despropósitos
propios de sociópatas 
que cuando realmente 
tienen a la muerte delante 
huyen despavoridamente 
y desaparecen como fantasmas. 



Es obvio que en determinadas
circunstancias los que murieron 
matando, ya fueran maquis, 
partisanos, guerrilleros, guerrilleras lo hicieron en silencio, en una cueva,
en un arbusto, en un valle, en lo más frondoso de la Selva, o las calles más oscuras de la ciudad. 

Entre ráfagas de balas y sonidos
ensordecedores. 


martes, 29 de octubre de 2024

La Década Prodigiosa



Tengo una colección 

de muertes varias 

en esta última década 

de mi vida y...

la gran mayoría de ellas

no se deben a mí.


Quizás es que he conocido

demasiados fantasmas 

de esos que vagan por la tierra 

como si NADA.


El caso es que...

en esta última década

prodigiosa que me ha dado

por "Volver a empezar"

se repite muchas veces 

una secuencia en la que 

alguien me empuja 

hacia la nada; la suya. 


Como en un sueño 

o una pesadilla recurrente. 

Como queriéndome encerrar

en sus muros, sus rejas y barrotes.

Pero siempre y digo siempre; 

se los come la Carcoma. 


Víctor Cuetos, Xx, 2024




martes, 22 de octubre de 2024

Serve the Servants

 



De niño soñaba con agujas

aunque nunca les tuve miedo

a las que estaban tiradas por el suelo;

sí.

 

Nos metieron tanto miedo

que Naranjito en los 80`

tranquilamente podía haber sido

heroinómano.

 

Tanto, tanto miedo…

Que cuando íbamos a las fábricas

abandonadas por la Reconversión Industrial

cuando te clavabas un clavo en la suela

pensabas que había sido una jeringuilla.

Y ese día no dormías en toda la noche

pensando que en lugar del tétanos

hubieras pillado el Sida.

 

La verdad, que en mi maldito barrio obrero

había más piedras, chatarras tiradas por el suelo

después de los disturbios que jeringuillas.

Pero también había jeringuillas y muchas

en las fábricas abandonadas.

 

No sé cuantos jóvenes cayeron en esa época.

Lo que sé es que era habitual encontrarte

un muerto de sobredosis cerca de las vías del tren

al lado de las fábricas abandonadas por la Reconversión

Industrial. Como ratas de alcantarilla.

 

Una colombiana, sirvienta de los sirvientes, que conocí me dijo:

-Ay, pero el narco no tiene la culpa de nada.

Es el yonqui el que se busca la ruina.

 

Sobre todo cuando la droga está adulterada

y es uno de los negocios más crudos

y lucrativos del Capitalismo del Sol Naciente.

 

Mi padre no nos dejaba ver Sensación de Vivir

a mí y a mis hermanas, solo quería ver Alf

o la Pantera Rosa. De Alf decía que era una serie

de la Antigua RDA. O sea comunista.

 

Que razón tenía, joder, aunque yo tenía 

que defender a mis hermanas.

Y ahora entiendo porque decía

que Alf era una serie de la antigua RDA.

Porque éramos unos putos alienígenas

en un maldito barrio obrero

lleno de jeringuillas y yonquis,

y conflictos obreros.

 

Estaba demasiado adelantado a su tiempo.

 

La verdad que solo he probado la heroína

una vez, y mal fumada. Y me causó tanto placer

que me dije:

Algo que da tanto placer sin aparente sufrimiento

no puede ser bueno. Y no soy protestante.

No la he vuelto a tocar en mi vida.

 

El caso es que nos metieron tantos miedos

tanto, tanto miedo con todo

que aún no hemos aprendido a disfrutar

con naturalidad de casi nada.

 

Y yo quería tanto a mis hermanas

que una vez cuando se encerraron

en el baño, las dos, solas.

Pensé que se estaban chutando.

Y puse el grito en el cielo.

Tendría diez u once años.

En realidad hoy después de tanto tiempo

creo qué...y por primera vez

a una de ellas le había venido la regla.

 

A mis hermanas, Marina y Arancha.

Gracias por estar ahí.

 

Víctor Cuetos, Xx, XXXX

La Reina de África



La verdad es que nunca quise tener

una vida interesante. Me gustaba

jugar a baloncesto de niño

y perder la cazadora en todos

los partidos. Era gordo

y comía manzanas Golden

en el recreo del Colegio.

 

Aun así me gustaba saltar las vallas

y que mi madre me riñera

por romper el pantalón del chándal

o perder la cazadora.

Al final nos hacía gracia a los dos.

 

Nos gustaba ver el cine de la Dos

yo ya me había memorizado

los nombres de directores, actores,

y actrices del Cine Clásico.

Del que no me acuerdo es del

presentador creo que era un tal

Garcilaso de la Vega.

Y para mí el Larousse

era como la Play Station 

o la Biblia.

 

Todos los días tenía una palabra

para buscar su significado

y luego entonces seguía leyendo

unas cuantas hojas más del

Larousse.

 

Porque mi madre se cansó

de que le preguntara por el

significado de todas las palabras 

que me venían a la cabeza y me dijo:

Mira, ahí, en ese estante tienes el 

diccionario. Búscala.

 

Mi madre siempre estaba leyendo

o haciendo crucigramas

o remendando mi chándal

porque no me duraban nada.

 

Me gustaba mucho saltar vallas

y muros, cuanto más altos mejor.

Sin embargo en mi casa

había un trozo del Muro de Berlín.

Que pena, que ese no lo pude saltar.

 

Viví la Guerra Fría en mi casa

cuando arranqué un póster

del Che Guevara de mi habitación.

Por declararme anarquista

al comunista de mi padre.

 

Con el tiempo, Papá,  aprendimos

a quererte con el sol de tu bravura.

Un día, aún siendo niños mientras 

nuestra madre iba a por el pan 

mi hermana abría la puerta a la

policía secreta que venían 

a detenerte o a meter miedo a toda

 la familia. En época de Huelgas.

 

Así qué, este poema, es mi pequeño

homenaje a mi padre y a mi madre. 

Porque padres no los puedo llamar. 

No me gusta ese paternalismo. 

Sin más. Son mi sangre. Mi gente, 

mis amigos. 

Fluyen conmigo. Son amor y

respeto. Y todo ello junto. 

Gracias.


A Margarita y Vitorino. 


Víctor Cuetos, Xx, XXXX 

viernes, 18 de octubre de 2024

Compás y Cartabón.



Que sabe la gente de mi

que sabe la gente de ti. 

Si me he tenido que esconder 

de las sombras para luego dar luz. 


¿Qué coño saben? 

Si tengo que volver a escribir 

con un puto bolígrafo 

y darle fuego para que su tinta 

vuelva a correr por mis venas. 


¿Qué coño saben? 

Si tengo que dormir en el sofá 

en la casa de un amigo 

o en mi cama de la infancia. 

¿Qué coño saben de mí? 

¿Qué coño saben de ti? 


Que sabe la gente de mí

si he tenido que estar congelado 

para saber que sigo vivo. 

¿Qué saben de mí? 

Si he vuelto a arder en la hoguera

porque estaba tan quemado… 


¿Qué saben de ti? 

¿Qué sé yo de ti? 

Un verano de ensueño 

y luego un invierno en Stalingrado.

Y ese muro de Berlín que nos separa 

y esa guerra fría hasta que se caigan 

todas las Estatuas. 


¿Qué sé yo de ti?

¿Qué sabes tú de mí? 

Una trampa de adversidades 

un presente desgarrador 

un futuro no muy lejano; 

más allá del Muro 

en los putos barrios obreros 

o en los caminos polvorientos. 

Más allá de todas las Revoluciones de Octubre 

llegará un Noviembre cargado de lluvias,  

de hielo y deshielo..

Víctor Cuetos,Xx, XXXX 




sábado, 12 de octubre de 2024

La Certeza del Silencio




Nacemos entre gemidos y sollozos 

rompemos a llorar desnudos 

y vamos calmándonos entre susurros

y el ruido cesa

y las lágrimas se van cayendo 

hasta que no queda ni una gota 

de ellas. 


Nos desarrollamos como personas 

entre muros de hormigón 

donde la ficción juega un papel 

fundamental. 


Pero, y…

¿Dónde empieza el ruido del mar?

¿Dónde pescan los Cormoranes?

Donde juegan las grullas 

con su calcetines negros 

donde se acaba el temblor de las olas. 

¿Dónde empieza la vida? 

¿Dónde termina? 


Donde cesa el ruido 

donde habita la certeza 

que te da el silencio 

ahí empieza la vida. 

Solo hay que saber 

escucharla. 

Más allá de los muros

de hormigón, más allá 

de toda ficción, real o imaginada. 

Más allá del ruido que cesa

en la certeza que te da el silencio. 


Víctor Cuetos, Xx, XXXX


domingo, 6 de octubre de 2024

Esa pequeña parte de la humanidad.

 



Somos. Nosotras. Nosotros.

Esa pequeña parte de la humanidad

que no necesita EXPLOTAR

para medrar.

 

Nuestra sonrisa es real

nuestra carcajada sonora

y fluida, llena de vida.

 

Somos esa pequeña parte

de la humanidad

que no está muerta por dentro.

No nos gusta el blanco

porque se ensucia.

No pretendemos ser ángeles

ni demonios.

Ni estamos por encima del Bien

y del Mal.

 

Te despachamos el pan.

Te vendemos la carne

el pescado, las verduras.

Cocinamos para ti.

Hacemos muebles.

Tablas de Surf.

Configuramos tu internet.

Enseñamos a tus hijos

a ser hombres.

Enseñamos a tus hijas

a ser mujeres.

Y nos sigues mirando con desdén.

Como si te debiéramos algo.

 

Somos. Nosotros. Nosotras.

Esa pequeña parte de la humanidad

despierta, consciente, que te sonríe

todos los días aunque tu pongas mala cara.

Somos esa pequeña parte de la humanidad

que no creé en el capitalismo porque está muerto

y se rodea de cadáveres y piras funerarias.

 

No somos tan pequeños como crees

ni tan minoritarios como parece.

Estamos en todas partes

Pasamos desapercibidos.

Mientras tú das la nota con lujuria

y alevosía.

 

No necesitamos de tus guerras

de tus mierdas para sobrevivir.

De la explotación por la explotación

para medrar.

 

Nos conformamos con ser

esa pequeña parte de la humanidad

que te sonríe todas las mañanas

aunque tenga ganas de matarte.

Esa pequeña parte de la humanidad

que cualquier día te hará temblar. 

 

Niño Criminal, Xx, XXXX

“A veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado”. Leonard Cohen