Los urinarios en Navidad huelen
mal, realmente mal.
Los periódicos son más amarillos
de lo que suelen ser
habitualmente.
Los mendigos
se hacen más alcohólicos
de lo que ya eran,
por el frío.
Suelen calentarse
con su propia orina.
Antes de morir congelados.
Víctor Cuetos , Xixón, 2017
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