El
silencio soy yo
que
no me escucho
o
no me quiero escuchar
estoy
desconectado
o
fuera de cobertura.
Mi
antena es vieja
el
tejado de uralita
las
tuberías de plomo.
El
silencio soy yo
ya
no hay cañerías
he
tirado de la cisterna
y
se me ha caído todo.
Escribo
en los rollos de papel higiénico
cartas
de amor que nunca llegarán a su destino
porque
lo que más-me gusta-de las tazas del váter
es
su brillo, su blanco-esmalte-inmaculado.
El
silencio soy yo
y
que nadie me lo quiera arrebatar
soy
una tumba en mitad de un Casino
un alma gemela que pesa 21 gramos.
La
estela que deja un cigarrillo
a
medias
sobre
un cartel de “No Smoking”
la
mano que lo sujeta
los
dedos que lo entrecruzan.
El
silencio soy yo.
-Grito,
¡cállate!.
Quédate
en el murmullo fácil
cómprate un smartphone
y
dedícate a hablar por whatsapp.
El
silencio soy yo
déjame
escuchar
la
silueta
el
trazado de sus líneas
la
orientación de sus letras
la
voz que las guía.
¡El
silencio soy yo!
Déjame
escucharte
antes
de que se callen las paredes
y
todo vuelva a ser-como era-Antes.
Víctor Cuetos, XX, XXXX