Yo quiero matar a mi vecino de la izquierda
con un paquete plano del Ikea
decirle que no cierre la puerta
con esa violencia inusitada
que hace que me despierte
todas las mañanas pensando en él.
Yo quiero matar a mi vecino de la derecha
porque un día me preguntó
cuando casi
y digo casi
me estaba durmiendo
si a mi me funcionaba la televisión.
Y yo le dije con una voz propia del subsuelo:
-No enciendo la televisión
desde hace más de diez años.
Gilipollas.
A quien se le ocurre venir a picarme
a las once de la noche
cuando casi
y digo casi
me estaba durmiendo
viendo una película koreana
o de Jean Renoir.
Yo quiero matar al hipster de abajo
porque escucha a Bustamante por las mañanas
y a Bisbal por las tardes.
Es policía local
tiene dos pisos patera
uno de contactos
y otro de inmigrantes ilegales.
Va por los bares de moda
de secreta
y cuando ve a alguien sospechoso
le intercepta la droga
y en la denuncia pone cualquier mierda
para poder quedársela para su uso y disfrute.
Es del barrio de toda la vida.
Yo quiero matar al presidente de la Comunidad
de Vecinos
y al de la Asociación
de Vecinos
y al de la Asociación
porque no sé quien es
y porque los ascensores ya no son como antes
con un poco de suerte vas con tu peor enemigo.
A las carteras que esconden multas
debajo de los certificados del ayuntamiento
y te hacen firmar lo que no quieres firmar.
A los comerciales de Gas Fenosa
a las de telefonía movil
por mirarme hasta el rollo de papel higiénico
en el que escribo y comparto poemas con otra poeta.
Por llamarme a horas intempestivas
por venderme humo y lavadoras si hace falta.
A las financieras que compran deuda
y te amenazan casi con matarte
y contratar a un sicario para que pagues
lo que realmente no debes.
Yo quiero matar, matar, matar...
pero sé que soy casi incapaz de matar a nadie
y digo casi, y digo casi, y digo, casi...
Niño Criminal, Xx, 2017
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