lunes, 6 de noviembre de 2017

Todas las Calzadas llevan a Roma



Hace un momento 
la luna menos un trocito; 
el que le faltaba.
Alguien se lo ha comido.
Lucía entre dos grúas del Astillero
y un fondo azul tirando a negro.

Con el puto móvil
no hay quien haga uno foto
que merezca la pena verla.

Al mismo tiempo, Michel 
lanzaba botellas por la ventana 
por desavenencias conyugales 
o porque su novia estaba
mucho más colocada que él
y eso le parecía raro.

Su novia decía: 
Tienes huevos conmigo 
pero no con los dos maromos
esos
esos...
que seguramente te robaron medio gramo.

Esto no es Brooklyn 
ni mucho menos Nueva York 
pero hay gente que tira cosas 
por la ventana 
por desavenencias conyugales.

Y la luna 
aunque le falte un cachito 
parece que brilla 
como nunca
entre las dos grúas 
del astillero que queda 
y que parecen destinadas 
a proteger todo lo que hemos perdido
y lo que no nos dejaron ganar.

Niño Criminal, La Calzada, 2017

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